Bienes eclesiásticos / Church property (DCH)
No. 2024-11
Spanish Abstract: Los bienes eclesiásticos acompañaron a la Iglesia desde su estado germinal, como lo practicaron los primeros cristianos y lo entendieron los Padres de la Iglesia, teólogos, juristas y gobernantes a lo largo de la historia de la Cristiandad; esto, a pesar de las opiniones en contra que argumentaban que la Iglesia tenía que ser pobre. Los bienes de la Iglesia fueron sometidos a una multiplicidad de normas que regularon jurídicamente a su patrimonio, primero y principalmente, con base en el mismo derecho romano y, posteriormente, de acuerdo con el desarrollo del ius canonicum, universal e indiano. El patrimonio eclesiástico, específicamente en el Nuevo Mundo, se entendió diverso al de los clérigos; la pretensión fue que los bienes de estos pasaran en algún momento a convertirse en bienes de la Iglesia, comenzando por los episcopales y, forzosamente, los de los religiosos; así, casuísticamente, se normó el destino de los bienes al cuidado del prelado y de los suyos propios. En el texto se analizan las fundaciones, reguladas por el derecho patronal indiano, los diezmos y primicias y los bienes de los monasterios. Se expone la inenajenabilidad que, por regla general, caracterizó a los bienes de la Iglesia, salvo en los casos en que el mismo derecho admitiese excepciones, bajo ciertos presupuestos y solemnidades. Asimismo, los actos jurídicos que contrariaran la prohibición de enajenar bienes de la Iglesia podrían ser declarados nulos o inválidos, sujetos a sanciones económicas e, incluso, alguna pena de orden criminal.
English Abstract: Church property has accompanied the Catholic Church from its origins, according to the practices of the early Christians and the understanding of the Fathers of the Church, theologians, jurists, and rulers throughout the history of Christianity – despite opposing views which held that the Church should be poor. The institution’s patrimony was regulated by multiple juridical norms based, first and foremost, on Roman law, but later in accordance with the development of the ius canonicum, universal law, and the laws of the Indies (derecho indiano). In the specific setting of the New World, the ecclesiastical patrimony was understood as being distinct from that of the clergy; the clear intention was that the latter would, at some point, be incorporated into Church property, beginning with episcopal properties followed, necessarily, by those of the regular clergy. Thus, casuistically, property became to be entrusted to the care of the prelate, together with the properties that, by law, belonged to him. The article analyzes religious foundations regulated by the patronage norms of derecho indiano, as well as tithes, first fruits, and the holdings of monasteries. It examines the concept of the general inalienability of Church property, except in those cases where the law itself admitted exceptions, under certain conditions and solemnities had to be fulfilled. Likewise, legal acts that contravened the prohibition of alienation of Church property could be declared null and void, and certain types of economic sanctions, and even criminal penalties, could be imposed to infractors.